lunes, 25 de mayo de 2009

Lo que cafetearte dejó.

Primera vez en mi vida, primera vez en mi luna y lejos de mi penuria, construiste una gruta en donde vaciaste toda tu dulzura.

Solo vi tu mirada y me perdí en ella, allí tuve a tus labios de almohada, tus manos de sabana y toda tu alma de cama también la luna que sirvió de lampara.

Descubrí
una boca extraña, una lengua rara unos besos de paquete que en mi se posaban, una respiración que invadió mi cara y que fue difícil dejarla.

Descansando junto a tu aura descubrí los momentos mágicos de la vida y los detalles que marcan, junto con los recuerdos que vivirán para siempre en mi palpitar.

Al momento de decir adiós se oprimió mi corazón, pero quedo el sabor de los besos, el recuerdo bonito de lo que paso y la gracia infinita de tu mirada.

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